22 de septiembre de 2006

Dulce

Y al final ninguno de los dos se enteró de nada.
Él no quiso reconocer sus errores y Ella se negó a perdonar.
Se dijeron hasta luego y ambos suplantaron la segunda palabra por "nunca".
Ahora evitan calles conocidas y bancos de parque dolorosamente familiares.
Ahora ambos odian dos o tres películas, curiosamente las mismas. Tratan de no decir ciertas palabras o de no usar cierta ropa.
A Él le molesta una marca específica de colonia.
A Ella le carga escuchar una canción que antaño la hacía sonreír.
Lo que Ella nunca le dijo que Él era que era lo más perfecto que le había pasado.
Él nunca le dijo que siempre pensó que Ella le hacía recordar una felicidad que creía perdida.
Qué pena, ninguno de los dos supo.