17 de julio de 2007

Follow the cops back home

Estoy con pena.
Pero es de esas que me gusta llorar, la que me hace repetir la misma canción hasta sentir un dolor hondo en medio del pecho y el estómago en un puño.
Tengo que asumir que me gusta sufrir. No sufrir a llanto gritado (que a veces hace bien pero es poco privado por su naturaleza chillada), sino con lágrimas lentas que me hacen saborear la sal en los bordes de la boca o correrme por los lados de la cara y caer en las orejas mientras mirao el techo o me siento flotar sobre el piso.
Y de esa pena tengo.
La solitaria, la privada, la que desea un hombro en particular y que por la misma razón de carecer de uno en el momento hace llorar más.

Y la voy a disfrutar porque no tengo otra cosa a la que aferrarme.