18 de noviembre de 2008

Just stay alive.

Finalmente nunca es tan tarde y se supone que te puedes arrepentir, pero la verdad es que no creo que seas capaz de desdibujarte los rastros de mi lengua en tu espalda o mis uñas enterradas a tus caderas.
Al menos, aprovéchate y piensa en nosotros en las tardes lánguidas de domingo en que después de almuerzo no tengas nada más que hacer, y apuesto que el recuerdo de mis suspiros entrecortados en tu oreja aun serán capaces de arrancarte una sonrisa.
Guárdalo como el mejor secreto, porque ninguno de los dos quiere hacerse responsable de lo que el humo amargo fue capaz de reunir luego de tantos intentos fallidos a lo largo de los años. Sé que compensamos más de lo que debiésemos y que nos dejamos llevar, pero ambos sabemos que de ahora en adelante, si te ignoro, será por escoger el menor de dos males.
Mejor vuelve a tu polola, que yo me devuelvo a mi vida con una nueva cicatriz para acariciar. Ojalá que con el avance de las horas no quiera que me la abras de nuevo.

13 de noviembre de 2008

Cartografía.

Me ha pasado que mirándome a las puertas del metro no me he reconocido. Pero no con esos espasmos de desconocimiento, como de mirarse y encontrarse más avejentada o más guapa, no, hablo de verdaderamente desconocerse. Haberme acostumbado tanto a mi propio reflejo que me llama la atención la manera en que se inclina mi nariz, los párpados, el ángulo de las pestañas y la sombra de mis pómulos. Y después de un rato me miro y me pierdo en mí, me comienzo a desesperar al ver que esa imagen del reflejo corresponde a un referente verdadero, y que aquél referente obedece al aspecto físico que se refleja y se desdibuja para mí, y no puedo creer, por unos instantes, que yo sea yo; que la gente, al hablar conmigo, haya visto esa cara, esos labios dibujándose en palabras, y no les haya llamado la atención que esa persona con quien conversaban estuviese encerrada en aquél cuerpo.
Son esos momentos en que creo vislumbrar los inicios de mi locura, y para evitarla momentáneamente, aparto la vista de mis ojos por un segundo, y la vuelvo a centrar luego en mí, para agradecerle a lo que sea que lo decidió, el haberme dado esta cara y este cuerpo, que tan bien han sabido aguantarme dentro de sí.

9 de noviembre de 2008

I like it rough.

Me voy a hacer la loca.
La que aquí no pasa nada.
Para ver, si así, con indiferencia
Logro interesarte de una vez por todas,
O si sin ti
finalmente seré feliz.

4 de noviembre de 2008

Encore.

"Cómeme".
Eso. Envolverme en papel de chocolate y esperarte en la puerta de tu casa con esa palabra escrita en la tarjeta del regalo.
No, muy malpensable. No es que no quiero que malpienses, pero ¿cómo voy a hacer para irme en la micro con un letrero de "cómeme" amarrado al cuello y los brazos pegados al cuerpo por el papel aluminio?
No, mejor no, mejor te regalo unos chocolates y la tarjeta la escondo entre el papel de regalo y el del chocolate.
Pero en vez de "cómeme", le voy a poner "te quiero. gracias por ser mi amigo"
Sí, eso mejor.
Así me ahorro un par de explicaciones y no te pierdo de una manera tan estúpida.