28 de diciembre de 2008

Get what you deserve.

"El naranjo se está muriendo."
Alzo la vista de los hielos que flotan en la bebida. Como si el naranjo fuera la excusa, que porque el árbol se muere, nosotros también.
De ahí, de un tirón, que soy medio puta, un poco agresiva, un poco negativa. Esperé cinco minutos de tu perorata viendo como un hielo se caía sobre el otro, pensando en comprarte o no todo el discurso autosustentado de tu futura desaparición.
"Agresiva, ya. Negativa, también. Pero puta, nunca."
Tu risa corta el aire, mi garganta y las hojas del naranjo. Puta, sí, me dices. De todas maneras. ¿Que acaso, en el carrete, no me comiste la boca? Cuando nos conocimos, ¿te acordai?
Intento descifrar mis conductas sobre las espirales de la mesa. Necesita una nueva capa de pintura y algo que evite que se oxide, ahí, bajo el naranjo.
Trato de echarte, imaginando, ojalá con una cachetada de tu parte para permitir la escena en que yo te pego en la entrepierna y no puedas decirme nada. Pero no me sale. Ni siquiera trato de abrir la boca, porque me va a a temblar la voz. Y ahí, sigues, que tal cosa, que tal otra, que los ojitos que le hago a todo el mundo, que porqué tambien hiciste lo esto y lo otro. Y yo veo pasar en mi cabeza un inventario de mis secretos que viste tras las puertas y dentro de los cajones, o quizás los ojos lanzados hacia tu cuello cuando esa noche el frío empezaba a calar hondo pero ninguno de los dos sintió nada.
"Me llama la atención, ¿sabi? Que siempre has sido capaz de contestarme todo lo que has hecho desde que estamos juntos, pero de la noche en que te conocí, nada."
Qué estupidez, decirte que fue aburrimiento, que fueron los deseos de provocar envidia, de venganza. Cuatro meses a la basura sólo por disimular y no confirmar tus teorías sobre mi comportamiento liberal. Te he tratado de decir burdamente ya de antes, que la química y el destino y cosas que ni yo me creo. Pero nada.
"Lo que pasa es que tu no quieres reconocer que no podías aguantar pasar el fin de año sin pareja" me animo a decir.
Se cae una hoja sobre la mesa, a pesar de ser pleno verano. Miras cómicamente la sombra alargada por el sol de la tarde y con la mueca irónica de a quien le gusta patear estómagos cuando la persona ya ha caído me dices que ahora puede explicarse que yo haya nacido en enero, que yo puedo haber nacido muerta de adentro como el naranjo a pesar de ser verano.
Y como si no bastara, me dices que yo te gustaba en serio. "Pero de ahí... te conocí. Eso, te conocí. Y cagaste todo".
Yo ahora me esfuerzo por llorar. Pestañeo, mojando mis ojos, imaginándome caminando sola por la casa, al fin, sin tí, agradablemente sola de nuevo, rasgando con ansias los minutos que faltan para que te vayas dando un portazo y me devuelvas la intimidad. Quiero que te vayas para que yo recoja las naranjas podridas de las ramas y botarlas, después regar el tronco de éste único árbol en mi patio para hablarle mi día sin mencionarle que tú ya no eres la distracción no placentera de mis días.
Quizás si estoy muerta por dentro.

8 de diciembre de 2008

I see the lie.

Derrepente me fijé que era la imagen congelada en una ventana y me sentí profética.
Cuando no hay ni un alma en las calles y caminando estiro el cuello buscando sonrisas y besos en los balcones
Y me gusta cuando está nublado porque así siento que la madrugada no se acaba nunca,
que el pelo se me va limpiando del cigarro con cada caricia del aire frío cortándome el cráneo.
Por eso cuando la ví pasar con el abrigo cruzado sobre los brazos mirando hacia arriba, le sonreí y le tiré un beso.