8 de diciembre de 2008

I see the lie.

Derrepente me fijé que era la imagen congelada en una ventana y me sentí profética.
Cuando no hay ni un alma en las calles y caminando estiro el cuello buscando sonrisas y besos en los balcones
Y me gusta cuando está nublado porque así siento que la madrugada no se acaba nunca,
que el pelo se me va limpiando del cigarro con cada caricia del aire frío cortándome el cráneo.
Por eso cuando la ví pasar con el abrigo cruzado sobre los brazos mirando hacia arriba, le sonreí y le tiré un beso.