19 de septiembre de 2007

People are strange.

Ganas no me faltan, créeme.
Lo que pasa es que yo soy muy cobarde, y aunque me hago la osada en realidad soy muy gallina.
Me excuso pensando que el momento no puede ser el propicio, que vas a pensar mal de mí, que todo va a ser muy incómodo o que simplemente la voy a estar cagando.
Pero la vida es correr riesgos, supuestamente, pero el hacerlo me da vergüenza. Me tupo, y me carga.
Y yo que siempre digo que es mejor arrepentirse de lo que uno hizo de lo que se dejó de hacer, pero contigo no puedo. Cuando apareces tu en la ecuación me importa más de lo que debiera, y no sé porqué, porqué cuando más oportunidades se me dan menos las tomo, o porqué me paso tantas películas y me digo a mi misma "ya, la próxima vez juro que me atrevo", pero no.
Nunca me atrevo, y siempre, siempre, me quedo con las ganas.

Es que quizá no te he reiterado lo suficiente con mis gestos que no me molestaría para nada que fueras tú el que me diera un beso.