19 de septiembre de 2007

People are strange.

Ganas no me faltan, créeme.
Lo que pasa es que yo soy muy cobarde, y aunque me hago la osada en realidad soy muy gallina.
Me excuso pensando que el momento no puede ser el propicio, que vas a pensar mal de mí, que todo va a ser muy incómodo o que simplemente la voy a estar cagando.
Pero la vida es correr riesgos, supuestamente, pero el hacerlo me da vergüenza. Me tupo, y me carga.
Y yo que siempre digo que es mejor arrepentirse de lo que uno hizo de lo que se dejó de hacer, pero contigo no puedo. Cuando apareces tu en la ecuación me importa más de lo que debiera, y no sé porqué, porqué cuando más oportunidades se me dan menos las tomo, o porqué me paso tantas películas y me digo a mi misma "ya, la próxima vez juro que me atrevo", pero no.
Nunca me atrevo, y siempre, siempre, me quedo con las ganas.

Es que quizá no te he reiterado lo suficiente con mis gestos que no me molestaría para nada que fueras tú el que me diera un beso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es como si retrocedieras el tiempo y sacaras las palabras de mi cabeza. Tantos gestos, tantas miradas, cercania y más de una oportunidad. Recuerdo una hamaca, un abrazo y una fiesta. Quizás dos.

Pasaron 4 años y todo sigue igual... y ÉL sigue igual.

Anónimo dijo...

yo te quiero dar ese beso, me dejás, nena?

Anónimo dijo...

Llego aquí por una de las muchas casualidades que te llevan por la vida de un sitio a otro, así, sin quererlo...
Presiento que puede ser un buen descubrimiento, si bien el mérito sigue sin ser mío, sino más bien tuyo, y lo único que yo pueda hacer al respecto sea aprovecharme de él.
Paso, por lo tanto, adelante con tu permiso, para irte descubriendo de a poco, ¿te parece?
Una parte de mis querencias, una buena amiga, está ahí, en tu país.

Saludos desde Barcelona, España.
Bartok.

NOCOOL dijo...

hola blog gemelo¡